Una vez más los legisladores demuestran que su verdadera preocupación es atender agendas de grupos minoritarios, que entrar a los problemas de fondo que afectan a la sociedad en su conjunto.

Tal es el caso de la diputada María Fernanda Cruz Sánchez, de Morena, quien recientemente presentó en el Congreso de Quintana Roo una iniciativa para reformar el título cuarto de la Constitución local, denominado “delitos contra el libre desarrollo de la personalidad”, y adicionar el capítulo séptimo denominado “delitos contra la orientación sexual, identidad o expresión de género de las personas.

En síntesis, propone penalizar las terapias de conversión y restringir, con ello, la injerencia de padres de familia cuando se trate de menores de edad, con la posibilidad de quitarles hasta la patria potestad.

Hoy en día, el estado de Quintana Roo destaca a nivel estatal y mundial por sus paradisiacas playas y el entorno turístico que encierra, pero también figura por su alto grado de inseguridad -producto de la presencia de bandas criminales que se mantienen en disputa por el dominio de la plaza-, y por ser uno de los principales destinos para la explotación y trata de menores de edad… ¡Casi nada!

Es ahí donde se requiere que los legisladores, sobre todo de los grupos parlamentarios que son mayoría en el Congreso, apliquen toda su sapiencia para promover políticas públicas en pro de la sociedad y establecer acciones eficaces de combate a los terribles flagelos de la inseguridad, el tráfico de drogas y la trata y explotación sexual, sobre todo de menores de edad.

Dar entrada a agendas progres, como la iniciativa de la diputada María Fernanda Cruz Sánchez, solo dejan ver que los legisladores están ocupados en atender temas que, en concreto, no van al fondo de los verdaderos problemas que afectan a la entidad.